Seis bares y restaurantes para disfrutar de Madrid
El verano ya está aquí y aunque el de 2020, va a ser un poco distinto, Madrid está lleno de planes para disfrutar sin tener que coger un avión y viajar a la otra parte del mundo. Aquí tenéis seis propuestas de los socios de Madrid Travel Bloggers de bares y restaurantes de Madrid en los que tomaros un vermú cuando el sol apriete, disfrutar de un ‘aperitivi’ italiano en una noche de agosto o de un clásico cocido madrileño en los días en los que el calor dé un respiro.
En busca del ‘aperitivi’ italiano, por Kris por el mundo
Me gusta la pizza, me encanta la pasta. Y siento debilidad por un típico aperitivo italiano: el spritz. Se trata de una bebida alcohólica originaria de Venecia, una mezcla de agua con gas y prosecco (un vino blanco seco y espumoso). A partir de esa mezcla original hay infinidad de variantes, cada región de Italia tiene la suya. Mi preferida es la que lleva hielo, Aperol, vino espumoso, soda y una rodaja de naranja. En Madrid la preparan en muchos sitios, pero para mí hay dos que se llevan la palma: Aió y Ditirambo.
El primero, de estos locales está en la Corredera Baja de San Pablo, muy cerquita de la Gran Vía y del Teatro Lara. Aió es un restaurante de comida típica de Cerdeña, con un ambiente informal y hasta un aparcabicis en el sótano. Si te gusta el spritz, en Aió podrás tomar uno de los mejores de Madrid, bien para acompañar alguna pizzeta o un plato de embutidos, o sencillamente cómo aperitivo antes de comer o cenar. En verano abren su gran ventana y con suerte puedes encontrar vacía la mesa que hay junto a ella. El mirador perfecto para disfrutar de esta animada calle.
En cuanto a Ditirambo, es sin duda el local perfecto para el after work. La redacción de la revista Hola está al lado y muchos de sus periodistas se reúnen aquí al salir de la oficina. Su decoración vintage es perfecta para relajarse tomando un spritz y si el hambre aprieta, acompañarlo de alguna de las tostas o raciones de su carta. Sus grandes ventanales dejan que el local se llene de luz durante el día, siendo también un gran mirador hacia la calle Alfonso X que es donde podéis encontrar este local.
Casa Camacho (Los Yayos), la tradición del buen vermú, por Gastasuelas
Madrid es una ciudad moderna de asentadas tradiciones y de ellas, si hay una bien extendida, esa es el salir a tomar el vermú. Un hábito que las nuevas generaciones, muy listas ellas, han sabido heredar de sus progenitores y que hoy en día aún se puede disfrutar en alguno de los bares que también frecuentaron nuestros padres y abuelos.
Un de nuestros lugares favoritos para disfrutar de este popular vino macerado con hierbas es Casa Camacho, en el barrio de Malasaña (C/ San Andrés 4). Un establecimiento mítico de la capital más conocidos como Los «Yayos».
Se trata de una taberna de las de antes, con solera y de las que quedan ya pocas, con su barra curtida en mil batallas y las barricas de madera de las que en sus orígenes se servía la pócima mágica. Una receta a base de vermut de grifo procedente de Reus que, mezclado con ginebra y gaseosa, se sirve en copa alta con hielo y una rodajita de limón. La combinación es perfecta y con la tapita de aceitunas que se sirve de aperitivo aún más.
El lugar lo regentan varios hermanos, que mantienen el establecimiento igual que cuando comenzó su éxito varias décadas atrás, allá por los 80. Tiempos de la Movida Madrileña…¡En siglo pasado!
Ahora, en los años 20 del siglo XXI, Casa Camacho sigue siendo un lugar de referencia para los madrileños y los amantes del vermú.
El lugar está siempre de bote en bote, gracias a que consigue congregar a parroquianos de varias generaciones. Así que jóvenes de cuerpo y jóvenes de espíritu pinta a que seguiremos disfrutando de esta tradición moderna buena compañía por mucho tiempo en Los Yayos. Porque tomar el vermú siempre estará de moda ¡Salud y a disfrutar del vermú!
Puerta al Sol, por Barbiegirl Travels
Aquí se dice mucho eso de “De Madrid al cielo” y por eso, hoy repasamos una de las mejores azoteas de Madrid donde obtener las mejores vistas de la capital, degustar la alta cocina y sofocar los calores del verano.
En Puerta Al Sol Azotea & Restaurante tenemos una terraza restaurante de altura con vistas a la misma Puerta del Sol, bajo los neones de Tío Pepe y frente al edificio de la Casa de Correos. En resumen, tendrás la misma perspectiva que nos ofrecen las televisiones en Nochevieja.
La carta es bastante amplia y está elaborada por el chef Alberto Chicote, a precios nada exorbitados. El precio medio para comer está entre 35 y 40 euros. La carta se compone de entrantes fríos, calientes, pescados y carnes. Hay bocadillos horneados que puedes pedir, desde un sencillo sándwich mixto hasta un apetecible bocata de papada ibérica a baja temperatura con salsa de tomate, que está riquísimo. Si subes a la terraza a tomar algo, que sea en los intervalos en los que no se sirven cenas porque quizás no te den mesa.
Si vas a cenar, (esta es la mejor opción), conviene que reserves antes desde la misma web. Para las cenas, hay dos turnos; a las 20.30h y 22h. El turno de las 22h es un acierto ya que las vistas son impresionantes tanto de día como de noche y si vas en verano alrededor de las 21.30 h, alcanzas a ver el atardecer. A las 24 h (antes del cierre entre semana) os sacarán unas uvas para comerlas delante del reloj, mientras amenizan el ambiente con música de Mecano («En la Puerta del Sol»). Todo un puntazo.
Horario: de 11 a 24h, salvo los viernes y sábados que cierran a la 1:30h.
Restaurante 80 grados, por Tragaviajes
Mi lugar preferido para ir a comer en Madrid, y que nunca falla cuando vienen amigos a visitarnos, es el Restaurante 80 grados, situado en pleno corazón del barrio de Malasaña – en la Calle de Manuela Malasaña, 10 -.
Sus platos tradicionales cocinados de manera contemporánea son ideales para sorprender a todo comensal que ostente descubrir nuevas texturas y sabores. Sus platos no son del todo abundantes, por ello aconsejo pedir un surtido variado al centro, y de este modo probar su amplia carta.
Una de sus grandes ventajas es disponer de una carta para embarazadas. Entre semana el menú tiene un coste de 13,5 euros y sus platos a la carta rondan entre los 5,2 euros y 7 euros, precios más que asequibles.
Entre los clásicos que no debes perderte: su refrescante «distinto de verano», el huevo trufado con patatas y jamón, las patatas bravas a su manera, los fingers chips de pollo, empanadillas de langostinos, falso risotto de secreto y setas, y la leche con galletas de postre, con la que te chuparás los dedos.
Sin lugar a duda con esta elección no fallarás, y podrás proseguir el día con la gran oferta de ocio que brinda el barrio de Malasaña.
El Viajero, por Mundo Turístico
El Viajero es uno de esos bares que son mucho más que un local. Por muchos años ha sido testigo del ambiente más fervoroso de los fines de semana madrileños, al estar ubicado en un sitio clave dentro del barrio de La Latina. Así que pocos son los que no han sucumbido a sus encantos.
Tiene varios ambientes y plantas, pero sin duda yo me quedo con su terraza. Con vistas de la imponente iglesia de San Francisco el Grande, este rincón es una maravilla en las horas previas al atardecer. Mojito en mano, he tenido la suerte de estar allí en multitud de ocasiones y puedo asegurar que define bien lo que es la vida en Madrid: rodeada de caos, pero intensa y placentera al máximo.
Su nombre se identifica con el viajero y sin duda, son muchas las razones para elegir este sitio en un periplo por la capital de España. A un paso de Sol, La Latina es uno de los barrios más famosos de la urbe y su ambiente de domingo, un ‘must’ si haces una ruta por el centro de Madrid. No dejes de visitar tampoco el Mercado de la Cebada, muy cerca, o El Rastro los domingos. Además de su ambiente, arrollador, podrás ver ejemplos de una ciudad con mucha historia que siempre es amigable con la gente que no nació en sus dominios. Madrid es una ciudad especial y El Viajero es una prueba de ello.
Cocido madrileño en el Malacatín, por Vagamundos Viajeros
Nos gusta comer. Mucho. De hecho, una parte importante para nosotros de viajar es descubrir gastronomías, comidas, restaurantes… Y cuando estamos en Madrid no va a ser menos. Por eso nos gusta probar (y comparar) el plato madrileño por antonomasia, el cocido, en los locales más recomendados para ello (que no son pocos).
Después de catar varios de los más famosos, recomendamos sin duda el cocido del Malacatín. Esta taberna castiza, con 120 años de historia, pero que sigue siendo un negocio familiar, y situada en una pequeña calle de La Latina, en las inmediaciones del Rastro, siempre tiene una larga lista de espera para reservar. Con tal expectación, uno puede pensar que no es posible que su famoso cocido esté a la altura… Pero sí lo está.
El cocido es en 3 vuelcos, como dicta la tradición. Para empezar, un bol enorme de sopa con fideos del que sacamos 4 platos (para dos) y aún nos sobró. Seguido de la bandeja de garbanzos que, como curiosidad, acompañan con el tocino, además de las verduras. Y para terminar, una fuente de carne interminable: chorizo de León, morcilla asturiana, manitas de cerdo, codillo ibérico, pollo y ternera. El relleno lo sirven a parte bajo petición. Todo esto por (sólo) 21 euros por persona. No ponen las sobras para llevar, así que ve con mucha hambre, porque la necesitarás (nosotros fuimos incapaces de terminarlo).