El color del otoño: el Hayedo de Montejo.
Si el otoño tuviese un pincel su lienzo sería el Hayedo de Montejo. Cada año, en octubre y noviembre, sus hojas se colorean de amarillo, rojo y ocre y el bosque se convierte en un lugar mágico.
El hayedo ocupa 250 hectáreas de la Sierra del Rincón y es un espacio protegido desde hace 40 años. Las hayas son sus protagonistas pero también encontramos en él robles, acebos o helechos y un sinfín de animales, entre ellos, escarabajos, corzos, jabalíes, tejones, zorros, águilas calzadas, petirrojos o autillos y todos los habitantes del río Jarama que nos acompaña con su sonido en nuestro recorrido.
Existen tres sendas guiadas por este Hayedo, uno de los más meridionales de Europa: la Senda del Río, la más fácil y frecuente, la Senda de la Ladera, de dificultad media y la del Mirador, más complicada por la subida. Se tardan en recorrer, cada una de ellas, unos 90 minutos y ninguna supera los 3 kilómetros de longitud. Todas son guiadas.
Aunque se puede visitar en cualquier época del año, en otoño es cuando está más solicitado y, como los cupos son limitados, a veces es complicado acceder a él. Hay dos formas de conseguir plaza: con reserva previa o presencial, acudiendo a primera hora al Centro de Recursos del Hayedo de Montejo en Montejo de la Sierra. Va mucha gente y es fácil quedarse fuera, así que lo mejor es reservar. Se puede solicitar plaza hasta con tres meses de antelación, tanto por teléfono como por internet, en la web Sierra del Rincón.
Si aun así no conseguís entrar hay más opciones cerca. Siempre se puede ir a alguno de los cinco pueblos de la Sierra del Rincón, descubrir su arquitectura tradicional o meterte de lleno en sus paisajes caminando por alguna de las cuatro sendas autoguiadas que salen de cada uno de ellos. Desde allí también se puede apreciar el color del otoño y el olor a leña.
Senda en La Hiruela
Si nos hemos quedado con ganas de bosque de hayas podemos acercarnos hasta el Hayedo de Tejera Negra en la provincia de Guadalajara, en el municipio de Cantalojas, igual de impresionante y más fácil de visitar. Ofrece tres sendas: dos a pie y una en bicicleta. Tan solo se necesita reservar aparcamiento para recorrer la más corta, la Senda de Carretas de 6 kilómetros. Si no os dan miedo las distancias, la Senda del Robledal, de 17 kilómetros, enlaza con la de Carretas. Son 23 km. en total pero merece la pena poder contemplar todos los paisajes que ofrece el camino. Para los amantes del ciclismo también hay una ruta, la del Río Zarzas, de 21 km. Las reservas para el aparcamiento se hacen en esta web y se paga 4€ por coche.
Hayedo de Tejera Negra
Elijamos la opción que elijamos, lo importante es disfrutar del otoño y de los colores de la naturaleza.
Texto: Paula Mayoral de Tierra sin límites
